Mis Noches
son más Oscuras
Naguará demasiado fuerte
(suspira), muuuy fuerte no se lo deseo a nadie, ehhh por un momento uno llega a
pensar que se le acabo el mundo por decirte algo, porque es un hijo, bueno
naguará no hay palabra es demasiado, es algo que naguará de verdad no sé, no,
no te definiría las palabras porque es algo demasiado fuerte pues, tú te
sientes por el piso, sientes que se te acabo el mundo, que naguará todo se te
fue, no sé, te sientes demasiado vacía.
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"El Padre y el Hijo son Dos. La Madre y el Hijo son Uno." Lao Tse. |
Estas son las palabras que Flor utiliza
para definir en su totalidad lo que siente al hablar sobre su hijo en prisión.
Desde hace un año padece la angustia, sufrimiento y dolor que implica tener un
familiar en un centro penitenciario, conociendo que la realidad de dichos
centros son en su mayoría deplorable, la persona que convive detrás de estos
altos muros y barrotes de acero debe combatir diariamente con la inseguridad y
violencia que se maneja dentro de los mismos, a pesar de estar en un lugar
completamente seguro, estos deben velar por su propia vida, es una cuestión de
supervivencia donde solo sobrevive el más apto. Aunado a esto se encuentra las
penurias que conllevan estos centros; alimentos, artículos personales,
vestimenta y tantos otros detalles relevantes para la comodidad del privado son
las principales problemáticas con la que deben lidiar estos sujetos una vez que
entran a este mundo.
Sin embargo, esta misma realidad
no es exclusiva de los privados de libertad, esta a su vez involucra a los
familiares, aquellos que estando más allá de las rejas deben pagar la misma
condena que sus protegidos, estos pasan a ser la principal y única fuente de
apoyo para el sujeto encarcelado, tanto social, emocional y económico,
asumiendo así la responsabilidad y sobrecarga que demandan dichos centros. Al
ser un mundo completamente demandante no todas las personas están dispuestas a
dejar a un lado su propia vida para combinarla con la de la persona
encarcelada, así lo asegura en sus estudios García, B. (2006), quien señala cómo, generalmente, se da una mayor frecuencia de visitas
por parte de figuras femeninas familiares (madre, hermanas, compañeras...)
cuando la persona privada de libertad es hombre.
La
participación activa de estas figuras en el proceso, está relacionado con el
papel fundamental que juega la mujer dentro de la familia, a diferencia del
hombre esta es instruida desde su niñez para atender las necesidades del hogar,
su preparación y desarrollo va dirigido a su rol como madre, tocándole asumir
en ocasiones por sí sola, este tipo de estructuras familiares son fomentadas
desde su propio núcleo familiar. En Venezuela una población significativa de
niños vive su crianza junto a la madre, está en su condición de única figura de
referencia para sus hijos, incrementa sus funciones en el papel para suplir a
cabalidad las exigencias económicas, sociales, psicológicas y emocionales de
los hijos durante su crecimiento. Para Flor la maternidad es el acto de mayor entrega
y amor, el sacrificio entra como parte de su rol de madre, por lo que no hay espacio
para la duda en cuanto a la protección de su hijo aun siendo este culpable.
Para
ella, es una responsabilidad difícil de asumir, en especial, por la
discriminación social que se maneja de las prisiones, para muchos son espacios
que albergan los desechos de la sociedad. Esta misma discriminación es la que
acompaña a esta madre en su día a día, ante ello, la conducta de aislamiento
social surge como su propia respuesta ante la estigmatización que implica ser
la madre de un delincuente, relación que ocasiona malestar y deterioro, esto
debido a los juicios cargado de comentarios y preguntas que vulneran su
estabilidad, para ella es una condición que la persigue donde quiera que vaya,
resultando incómodo por el hecho de su inocencia.
Así
mismo, desde su propio relato Flor asegura que el encarcelamiento es vivido por
parte de los familiares con angustia y preocupación, principalmente por el
destino de la persona privada, conociendo que la violencia e inseguridad que se
maneja dentro de las cárceles venezolanas son altas, por lo que es costumbre la
organización de riñas y coliseos para el manejo y control del penal, donde
algunos no logran sobrevivir, esto a su vez genera constantes traslados de los
internos a los diferentes penales del país como parte de inhibir los niveles de
violencia.
Seguidamente,
entre otras de las problemáticas que debe manejar esta madre una vez que su
hijo es encarcelado son sus nuevos hábitos, como parte del mismo proceso
carcelario, Flor divide su tiempo entre los tribunales y el centro
penitenciario, moverse entre estas dos instituciones es algo que le resulta
agotador, esto por el impacto que genera el desconocimiento de los lineamientos
que rigen estos dos mundos, el primero implica la socialización con diferentes
personas en igual situación que ella, diversos especialistas y órganos afines.
Aunado a esto, se encuentra la convivencia dentro de las cárceles, donde
también debe familiarizarse y enfrentar nuevo vocabulario, problemas, reglas y
relaciones, completamente diferente a lo que ya conoce.
En
este punto considero necesario señalar, la situación actual que vive Venezuela
donde las largas colas producto de la escasez, desempleo, inseguridad y
elevados costos de bienes y servicios son los diversos problemas que afectan la
cotidianidad del venezolano común, en casos especiales como el de Flor el
desafío se torna aún mayor, cumplir a cabalidad con las exigencias que
representa un centro penitenciario hoy en día se traduce en una gran travesía,
pues para esta madre soltera significa combinar sus actividades laborales con
las visitas en el penal, la lucha por la obtención de alimentos y productos de
primera necesidad, pagos de servicios públicos, de transporte y tantos otros
detalles que derivan de la fuerte crisis que se vive.
Todo
lo expuesto en líneas anteriores son solo algunos de los graves problemas que
enfrenta esta madre al tener un hijo privado de libertad, donde sus noches son más
largas y oscuras de lo habitual, sus días ya no son tan soleados, su sonrisa
poco a poco desaparece, siendo solamente acompañada por sus perturbadores
pensamientos en relación a los hechos, el único consuelo que le queda es sacar
a su hijo de este oscuro lugar y hacer que este, cambie de estilo de vida.
Referencias
García,
B. (2006). La cárcel en el entorno
familiar. Estudios de las repercusiones del encarcelamiento sobre las familias:
problemáticas y necesidades.
Suárez,
A. (2017). Noches en Desvela: Sentidos y
Significados de Flor, una madre venezolana con un hijo privado de libertad
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